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Foto del escritorAsociación Psicoanalítica Santiago

Entre las rendijas


Por Alex Oksenberg,




Mi formación como psicoanalista se inicia a fines de la década de los 90, al final del siglo pasado. La sede de la APCH se hallaba en una pequeña casa arrendada en la calle Villaseca en la comuna de Ñuñoa.


Mi motivación surgió en mi estadía como becado de psiquiatría de la Universidad de Chile en el Servicio B del Hospital Psiquiátrico que era un muy buen centro de formación, dado que contaba con 5 excelentes profesores titulares de psiquiatría, tenía una visión multisistémica y bastante completa de la psiquiatría de la época, donde una de estas orientaciones teóricas era la dinámica  (esto significa de raigambre psicoanalítica). La psiquiatría sin la orientación dinámica, carecía de profundidad, y aun teniendo buenos autores, las teorías anteriores no constituían un cuerpo sólido y coherente.


Entramos en esa época alrededor de 10 analistas en formación (candidatos se les decía entonces), teníamos que encontrar un analista didacta con horas para realizar nuestro análisis personal y estos eran pocos, la mayor parte de ellos era de orientación kleiniana (eran 12 aproximadamente) y más aún, la malla de seminarios teóricos y las supervisiones, obviamente también.


Más allá de porque ocurrió esto, denotaba una carencia importante de conocimiento de la obra de Freud (asunto no menor).


Adicionalmente, la cúpula de didactas concentraba un poder enorme y había una distancia abismal entre nosotros y ellos. Incluso en aquella época, el consejo de didactas operaba a “teléfono abierto”, como llamaban entonces. Lo anterior, era tan concreto que en 2do año perdimos (lo echaron) a un compañero y hasta el día de hoy no sabemos la razón a pesar de que le preguntamos en reiteradas ocasiones tanto individual como grupalmente. Básicamente, él tampoco sabía. 


A pesar de lo expuesto más arriba, entre el análisis personal, una de mis supervisoras (analista extraordinaria) y los cursos teóricos, kleinianos o no, siempre muy interesantes, me recibí muy conforme porque para mí a pesar de las limitaciones descritas, se me abrió un mundo nuevo para explorar y desarrollar una capacidad más profunda de comprender a mis pacientes y eso era mucho.


Mi entusiasmo fue tal, que fui el primero en recibirme de mi curso.


Al recibirme, como había pocos analistas asociados que ocuparan cargos en las diferentes funciones de la APCH, me nombraron primero secretario luego tesorero, después director de extensión, coordinador de la malla curricular del instituto y algún otro cargo; todo ello me permitió hacerme una idea de una cantidad no menor de problemas institucionales que desconocía. Aun así, durante mi desempeño en estos diferentes cargos, junto a buenos colaboradores, se consiguió el logro de muchas mejoras, como la compra de la excelente sede en la calle Ramón Cruz y el más importante: la realización del 1er Congreso Mundial de Psicoanálisis (2000) junto al 1er Congreso de FEPAL en Chile, ambos con un éxito extraordinario.


Si bien es cierto, todo iba  bien, los problemas del pasado no resueltos, como siempre ocurre, hicieron eclosión de distintas maneras lo que culminó en un cisma en la APCH a partir del cual nace APSAN (Asociación Psicoanalítica de Santiago), recién reconocida por FEPAL en el último Congreso en Río de Janeiro en octubre de este año, y pronto esperamos un reconocimiento de la IPA como Asociación Constituyente.


Hasta acá, hemos hablado de las 2 Asociaciones Psicoanalíticas presentes en Chile ligadas a la IPA, sin considerar las escuelas lacanianas y el ICHPA, no ligadas a la IPA.


Atendiendo a la APCH y APSAN, ha habido un importante acercamiento entre ambas, sin embargo hay 2 elementos principales que aun las distinguen:


  • Bajo costo de la formación en APSAN 

  • En APSAN, cualquier analista con 5 años de experiencia y que esté validado por los sponsors enviados por la IPA, pueden ejercer la función didáctica si así lo desean.


El primer punto de los señalados tiene por finalidad el que la formación llegue más allá de las fronteras socioeconómicas que pudieran limitar la vocación de un potencial analista, a la vez que el segundo punto busca diluir la concentración de poder antes señalada en el Comité de Didactas.


Si extendiéramos este relato al mundo en su totalidad, encontraríamos cuestiones tan aparentemente extravagantes como que en China hay 4.000 analistas que ven a sus pacientes 1 vez por semana pagados por el estado, y así mismo otras variaciones que sería largo enumerar aquí.


Por todo lo anterior, la pregunta obligada es ¿Cómo se trasmite el psicoanálisis con tantas variaciones culturales, locales, políticas, etc? Desde mi punto de vista se debe a que es el psicoanálisis como disciplina tiene tal poder (como verbo no como sustantivo) que es capaz de fecundar las mentes de las personas más allá de las instituciones y de las teorías y lo hace  “entre las rendijas ”.




Aclaración: Las columnas de opinión no representan necesariamente a la institución APSAN







Paula Zalaquett Rock

Psicoanalista, miembro de la Asociación de psicoanálisis de Santiago. Apsan.

Miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional. (IPA)

Post-título en Cultura árabe e islámica. Universidad de Chile.

Post-título en Sociedad y Política contemporánea árabe. Universidad de Chile.

19/11/2023

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